Raimundo Kabchi: “La OTAN en Colombia es un peligro para América”

Raimundo Kabchi
Julían Rivas
Entrevista a
Raimundo Kabchi

A propósito de la vigencia del tema de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por el caso de Rusia y Ucrania, y la postura de Venezuela de apoyar a Rusia, en Ciudad Ccs nos parece pertinente publicar esta entrevista, realizada hace cinco años, la cual fue publicada en el diario La Razón en enero de 2017. He aquí la entrevista:

De entrada, Raimundo Kabchi hace una acotación: dentro como fuera de Estados Unidos hay razones que explican su declive. “Desde principios de siglo Estados Unidos se ha lanzado en cuatro direcciones pretendiendo mantener la hegemonía unilateral que disfrutó a partir de la desaparición de la Unión Soviética en 1991. Pero paulatinamente Estados Unidos pierde terreno, por causas internas y externas”, agrega.

—¿Qué ha hecho EEUU en más de dos décadas?

—Primero ocupar zonas que son adyacentes a los grandes centros energéticos, de cursos marítimos y terrestres. Eso explica Afganistán, luego Ucrania y Siria. Se trata de zonas de oleoductos y gasoductos, construidos o en proyecto.

En segundo lugar, Estados Unidos se lanzó en expediciones militares a espaldas de Naciones Unidas contra países productores y exportadores de petróleo, como Irak y Libia.

La tercera direccionalidad es impedir cualquier entendimiento entre Europa y Rusia. Eso explica su empeño en querer llevar la OTAN a la frontera de Rusia, de allí se nutre el conflicto en Ucrania. Por eso el empeño en imponer sanciones económicas a Rusia.

La cuarta direccionalidad de la política de Estados Unidos es volver a “su patio trasero”, como ellos ven a América Latina, desde la doctrina Monroe hasta la irrupción del Gigante de Sabaneta para el mundo, Hugo Chávez, que creó conciencia ante esta situación.

—Se va Obama y viene Trump. ¿Podrá EEUU seguir su juego o América Latina resistirá?

—América Latina también ha cambiado. Hay más conciencia e identidad para labrar nuestro propio destino. Aparte del surgimiento político de nuevos liderazgos, América Latina tiene un reservorio de recursos humanos y naturales, riquezas incalculables. Los pueblos de América Latina también despertaron, siendo más de 500 millones de cristianos, fundamentalmente católicos. No existen divisiones confesionales como en otras latitudes, como Norteamérica y Europa. Esta situación la podemos valorar incluso con el advenimiento de un Papa nacido en la región, por primera vez en la historia.

Por su parte, Donald Trump es un capitalista neoliberal, que representa el prototipo de estadounidenses multimillonarios. Sin embargo, no tiene bagaje político ni forma parte del club gobernante en Estados Unidos. No deja de ser enigmático su futuro. Sus declaraciones hasta ahora no dejan clara la trayectoria que seguirá en cuatro años. En todo caso, recordemos que en Estados Unidos los presidentes gobiernan pero no mandan, destaca Kabchi.

“Trump representa una corriente histórica aislacionista, que se retiró luego del triunfo contundente de los aliados en la Segunda Guerra Mundial y la desaparición de los imperios europeos. Estados Unidos tuvo un papel importante para el rediseño de instituciones internacionales, a la medida de su geoestrategia global. Desde entonces ha prevalecido la corriente del “Destino Manifiesto” de la sociedad estadounidense.

Hay que esperar. Ver la composición de su Gabinete. Que se posesione de los resortes del poder. Por lo demás, debemos advertir que en la práctica Trump no representa al partido republicano, ni sectores de ese partido se sienten representados por él. Y el Congreso, donde está mucha de esta gente, tiene un peso significativo. Por ejemplo, allí está el Clan de los Bush, y los precandidatos republicanos que Trump derrotó. Importante el futuro de medios que lo satanizaron, como The New York Times, The Washington Post, CNN, CBS y otros, incluyendo otros medios y agencias de noticias en el mundo entero.

Trump ha dicho que no interferirá en otros países y que tampoco enviará tropas al exterior, y menos para derribar gobiernos. Queda por ver si cumple, pues para entenderse debería retirar tropas en todos los continentes. A Trump se le critica su postura frente al muro antilatinoamericano en la frontera con México. Pero ese muro lo han construido los anteriores presidentes, incluido Bill Clinton.

Se le critica que va a deportar a tres millones de latinos, pero el presidente Obama hasta la fecha y en forma oficial ha expulsado dos millones y medio de latinoamericanos. Debemos reconocer que el Trump que vendieron los medios como racista, xenófobo, misógino, etc., fue por el que votaron 60 millones de estadounidenses. Muchos de ellos votaron por primera vez en estas elecciones, y también forman parte de los llamados “blancos rurales”.

Pareciera que quienes lo satanizan quieren salir de él, preparando el terreno de opinión pública”, agrega.

“En las últimas dos décadas, Estados Unidos, al ver sus intereses peligrando en la región, rediseñó una política para su restablecimiento. Fue al clásico golpe militar, como en Honduras, y a la vez estimuló golpes suaves con apariencia de constitucionales, caso Paraguay. Otro caso es Brasil.

Washington pretende iniciar su regreso por los puntos donde perdió su patio trasero. Venezuela es un objetivo para eliminar el impacto de Chávez, un liderazgo continental. También por la energía y ubicación. Ahora vemos que el ataque contra el presidente Maduro y Venezuela es diario. Usan a los opositores internos en las diferentes facetas y etapas de una guerra inducida. Brasil es objetivo por su importancia económica, un país miembro del Brics. Luego Argentina con papel preponderante en Mercosur, Unasur, la Celac y candidato para integrar el Brics.

—¿Qué le parece la pretensión de incorporar a Colombia a la OTAN?

—Hablar de la OTAN no es seguir el discurso de 50 años atrás. No se trata de reeditar la Guerra Fría. Para la OTAN hoy en día su estrategia es netamente ofensiva. Destruyó los Balcanes con la excusa del intervencionismo humanitario. El Medio Oriente fue un laboratorio de armas, de terrorismo internacional, en el que curiosamente se plantó un falso e impostor islamismo, frontalmente contrario a las enseñanzas del Islam. Se ha fortalecido a Israel con la anuencia de la OTAN.

La OTAN tiene presencia en América a través de las colonias de las viejas potencias, como Reino Unido, Holanda y Francia. Igualmente con Estados Unidos y Canadá. Pero lo que hace el presidente Santos cuando quiere sumar Colombia a la OTAN obliga a reaccionar con firmeza, toda vez que representa un precedente peligroso. Es la primera vez que un país de América Latina se alía directamente con la OTAN. El objetivo principal de la OTAN es la defensa mutua y en realidad esa defensa se tornó en ofensiva. Eso es grave porque traslada a la región conflictos de otras latitudes y se exacerban los regionales. Se trata de un peligro para América. Estados Unidos se valdría de la OTAN, de la presencia de la OTAN en Colombia, como “legítimo” pretexto, como excusa, para futuras intervenciones en el continente. El caos cundirá en toda la zona, y especialmente en los cinco países limítrofes con Colombia.

Por ejemplo, como la oligarquía colombiana está montada en la conspiración contra Venezuela, frente a cualquier provocación o agresión tendríamos a la OTAN en la frontera con todas las consecuencias nefastas que esto representa. Aún más, frente a cualquier impasse en el Esequibo, con Guyana, integrante de la Comunidad Británica, cuál sería la posición de Colombia.

Otro ejemplo, Argentina en su afán de recuperar las Malvinas. Es una justa reclamación. Ya es el enemigo de Gran Bretaña, el país ocupante. ¿Va Colombia a convertirse en enemigo de Argentina en un conflicto donde su aliado sería Gran Bretaña? ¿Echaría por el suelo los convenios hemisféricos y suramericanos? Eso es grave.

Santos irrespeta con esta conducta convenios históricos y recientes. Viola la carta de la Organización de Estados Americanos (OEA), lo acordado en la Celac y Unasur. Y más allá, violenta la conducta de los latinoamericanos y los expone a serias amenazas.

—¿De qué manera?

—Más allá del hemisferio genera incertidumbre. Colombia es integrante activo en el Movimiento de los Países No Alineados, cuya una de sus conferencias se realizó en Colombia, en Cartagena en 1995, y un mandatario colombiano fue presidente de ese movimiento por tres años. Esto coincide con el hecho real de que Colombia se ha convertido en el Israel de América Latina. Colombia misma se convirtió en base militar, campo de agentes de inteligencia israelí. Hay dos vertientes. Por un lado los soldados colombianos irían a conflictos internacionales. Allende los mares incluso. A la vez vendrán los problemas de otros países a nuestro continente. Ya vemos que las guerras de la OTAN en Asia y África, y el este europeo, repercuten con sangre y destrucción en los países que promovieron estas guerras. No solo Colombia corre riesgo de importar guerras. América Latina será indefectiblemente afectada.

—¿Cómo debería reaccionar América Latina?

—Es un efecto de boomerang que los gobiernos de la región deben evitar, ahora, antes de que lleguen los problemas. La OTAN traerá problemas y nada positivo. En nuestros países, para hacer frente a esta amenaza, incluso conjurarla, tenemos a disposición muchos instrumentos jurídicos y políticos basados en convenios y tratados bilaterales, regionales y continentales.
También podemos exigir el respeto a acuerdos y tratados internacionales, avalados muchas veces por la ONU y otras organizaciones interamericanas.

No entendemos el silencio de muchos gobiernos de la región, que se puede interpretar como complicidad, pues el interés por mantener a América Latina y el Caribe como zona de paz y libre de armas nucleares hasta hace poco se daba por sentado. Hasta ahora la única voz que entendió la gravedad del hecho y lo ha denunciado es el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.

Colombia, sin consultar a su pueblo y a los gobiernos latinoamericanos y caribeños, violenta la seguridad del continente y se presta a la discordia y la confrontación con los vecinos, amén de que será utilizada para la injerencia en las políticas internas de nuestros países. Incluso para servir de instrumento y pretexto para agredir y/o ocupar nuestros países.

—Sorprende lo que hace el presidente Santos al buscar ingreso a la OTAN, incluso después de la firma de paz con las FARC. ¿Adónde va?

—El acuerdo entre Colombia y la OTAN, dicho por el presidente Santos, surge de negociaciones con Álvaro Uribe de presidente y Santos como su ministro de Defensa. Llevan una década. Santos cree que esto es una buena noticia.

Justifica así su Nobel de la Paz. Traer a la OTAN a la región, a través de su país, supuestamente independiente y democrático, evidencia y desenmascara para qué y por qué la oligarquía manda en Colombia desde Santander hasta el sol de hoy. A ese pueblo no lo han consultado, como voluntaria y necesariamente se consultó cuando de la paz interna se trata. Tampoco a los gobiernos de América Latina.

—El acuerdo con la OTAN lo discute la clase política colombiana, que solamente advierte detalles. ¿Qué opina?

—Hay que advertir que este convenio se suscribe precisamente con una organización que en las últimas dos décadas se ha caracterizado por adelantar guerras contra pueblos cuya única culpa es pretender ser independientes. La OTAN ha convertido países en varios. Yugoslavia es prueba. Y pretenden seguir dividiendo más países utilizando pretextos inverosímiles. Hemos visto mentiras y equivocaciones por parte de miembros de la OTAN que han significado alto costo en vida y la unidad territorial de muchos países en tres continentes. Se corre el riesgo de reeditar esto en América Latina. Razón por la cual es oportuno que en forma colectiva evitemos este flagelo anunciado por Santos como buena noticia para los colombianos. Es nefasto para colombianos, latinoamericanos y el mundo.

—EEUU pierde terreno

—Durante mucho tiempo, sobre todo en el siglo XX, Estados Unidos consideró “patio trasero” (backyard, en inglés), a América Latina. Pretende regresar porque no le ha ido bien en otros países, estima Kabchi. “El surgimiento de los llamados países emergentes, especialmente los BRICS, significa un reto para Estados Unidos. Dentro de su geoestrategia global Washington busca por todos los medios a su alcance ocupar las zonas con recursos naturales como la energía, cobalto, litio y otros minerales, no solamente para manejar sus ingresos financiero-económicos sino con miras a atenuar sus desventajas frente a los competidores y controlar sus economías de alguna manera. Por ejemplo, de cara a China, que pasó a ser la primera potencia comercial, y es un importador y gran consumidor de energía, necesidad que va en aumento todos los años. La expansión de China tiene tres elementos esenciales: magnitud de población, dimensión y posición geográfica, y un crecimiento sostenido en las tres últimas décadas.

A la vez Europa está en situación de inquietud en los gobiernos y casi de rebeldía entre los pueblos, que ya se manifiesta en las urnas electorales, ante una política norteamericana que no se ajusta a los intereses de los pueblos europeos. Es un descontento todavía sin perfiles claramente definidos, oscilando entre izquierda y derecha. Pero ya se ve malestar y reticencia de los pueblos europeos ante la política norteamericana, de presión y chantaje. Un caso es que a los europeos no les va bien, ni política, ni económicamente, cuando obedecen a Washington en sus roces con Rusia y/o China.

El Medio Oriente está en ebullición por la política del caos creador de Estados Unidos. Es fuerte la resistencia. Y en el Lejano Oriente, Estados Unidos tiene contendores poderosos que no le permiten adelantar su plan hegemónico. Hasta Filipinas se ha rebelado.

Pero Santos en vez de llevar buenas noticias de paz, alimentos, empleos para su pueblo, anuncia como gran noticia el ingreso a la OTAN, una máquina para destruir países. Es un singular retorno al colonialismo. Hay que despertar, hay que desenmascarar y denunciar por todos los medios esa alianza militar nefasta, unilateral y perjudicial para la Patria Grande y en especial para los países limítrofes.

Biografía Mínima

Raymundo Kabchi, analista internacional nacido en Líbano, fue asesor de Hugo Chávez en asuntos del Medio Oriente, ad honorem, y le colaboró en las relaciones con Asia y el relanzamiento de la OPEP. Salió de Líbano en medio de uno de los varios conflictos bélicos que ha vivido el país tras su independencia. Milita en las filas de izquierda. Estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela (UCV), es profesor universitario, y de posgrado en el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos.

Fuente
http://ciudadccs.info/
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