Cinco razones para odiar la cumbre de la OTAN en Madrid

Sanchez y Stoltenberg
Martín Cúneo

Entre el 28 y 30 de junio, Madrid será escenario de la cumbre militar más importante de la última década. Hay motivos de sobra para pensar que es un incordio. Y muchos más para concluir que la OTAN no es tu amiga.

Hay muchos motivos para poner a parir a la OTAN y a la cumbre más importante en 12 años de la mayor organización militar del mundo. El de menor peso es el más tangible para los madrileños: una ciudad “prácticamente bloqueada”, según palabras del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, tomada por 10.000 policías, calles y avenidas cortadas, retenes y checkpoints, el ruido de los helicópteros, los cazas y los aviones militares sobrevolando el centro de la capital y los coches de cristales tintados que esconden a los principales líderes del “mundo libre”, según la jerga de la Guerra Fría, hoy otra vez de moda.

Más de 6.000 policías nacionales y 2.400 guardias civiles, 1.400 municipales, 800 bomberos, 5.000 participantes, 2.000 periodistas acreditados, 2.000 delegados, 40 delegaciones y más de 50 millones de euros de gasto público son algunas de las cifras de la macrocumbre de la OTAN que tendrá lugar en Madrid el 29 y 30 de junio.

Hay muchos motivos para odiar a la OTAN y a la cumbre más importante en 12 años de la mayor organización militar del mundo. El de menor peso es el más tangible para los madrileños: una ciudad “prácticamente bloqueada”, según el alcalde

Tener que ver pasar por la Castellana al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con su limusina acorazada y armada con lanzagranadas —La bestia le llaman— y tragarse media hora de atasco son motivos de sobra para cogerle tirria a eso de la OTAN. Espera a ver las otras razones para odiar la cumbre de Madrid.

Prepara a la OTAN para la guerra

En la última reunión de jefes de Estado de la OTAN, en 2010 en Lisboa, Rusia se presentó como un aliado. “Ahora miramos con optimismo al futuro”, dijo el entonces presidente ruso, Dmitri Medvedev, invitado especial a la cumbre. Tres años después, en 2013, EE UU apoyó la revuelta del Euromaidan en Ucrania que encumbró a un aliado de Occidente y en 2014 Rusia se anexionó la península de Crimea, en el sur de este país. El mundo había cambiado y la OTAN seguía funcionando con un esquema desfasado, que funcionó bien durante tres décadas, cuando no había potencias que desafiaran la hegemonía estadounidense.

La cumbre de la OTAN de Madrid pretende actualizar el llamado “concepto estratégico” de la alianza atlántica, su razón de ser, adaptándolo a un mundo multipolar, donde Rusia, pero sobre todo China, se han convertido en amenazas a la supremacía económica, tecnológica y militar de EE UU.

La cumbre tiene la misión de concretar, afinar y detallar cómo se aplica este concepto de defensa colectiva, algo que nunca se ha hecho en los 73 años de historia de la alianza

En la nueva estrategia de la OTAN, se revisará el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, aquel que garantiza que “un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas”. La cumbre tiene la misión de concretar, afinar y detallar cómo se aplica este concepto de defensa colectiva, algo que nunca se ha hecho en los 73 años de historia de la alianza.

“La OTAN siempre está bombardeando algo”, resume un informe de Centre Delàs. Desde su fundación, cuenta José Luis Gordillo, analista de este instituto para la paz, “la OTAN ha librado guerras de forma casi permanente”. Las últimas intervenciones fueron en Yugoslavia (1991 y 1999), en Afganistán (2001-2021), en Iraq (desde 2004) o en Libia (2011). En las últimas décadas la OTAN se especializó en las llamadas “gestión de crisis”, operaciones de cambio de regímenes de países ubicados en el “eje del mal”. Pero el mundo ya no es lo que era y la OTAN empieza a prepararse en Madrid para futuras guerras por la hegemonía en Europa del Este o en el Este asiático, en el ciberespacio o en el espacio a secas, ya no con Estados parias de la comunidad internacional sino con potencias militares, económicas y tecnológicas de primer orden.

En la cumbre de la OTAN en Madrid se decidirá el mayor despliegue de tropas militares en Europa desde el fin de la II Guerra Mundial para reforzar con efectivos de la OTAN los países limítrofes con Ucrania. Rusia pasará a ser una “amenaza directa” y China pasará a ser considerada como un “desafío geoestratégico” o “desafío sistémico”.

Entre los principales puntos de la cumbre figura también la ampliación de la alianza militar hacia el Este, precisamente uno de los principales detonantes de la actual guerra en Ucrania. Antes de iniciarse oficialmente el encuentro, este 28 de junio, Biden y el presidente español, Pedro Sánchez, anunciaron un acuerdo para aumentar la presencia militar estadounidense en España. En concreto, la base gaditana de Rota pasará a albergar seis destructores, dos más que en la actualidad. El acuerdo “mejorará la relación de defensa entre España y EE UU”, declaró el presidente de EE UU tras la reunión de una hora que mantuvieron ambos mandatarios.

Aumenta el gasto militar y la venta de armas

Cada vez queda más claro que la potencia que llegue antes y más lejos en el desarrollo de las nuevas tecnologías disruptivas —la robótica, la biotecnología, la informática cuántica, la inteligencia artificial, nuevos armamentos inteligentes, la guerra cibernética, etc— será el nuevo macho alfa de la geopolítica planetaria, cuenta a El Salto la analista del Centre Delàs Tica Font. Y aquí es China quien lleva la delantera. Para no perder esta carrera armamentística y tecnológica, Washington lleva más de un año presionando para que todos los países de la OTAN aumenten su presupuesto militar hasta llegar al 2% del PIB.

El presidente español, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, ya antes del inicio de la guerra, se comprometieron a cumplir con la llamada. Los colectivos antimilitaristas y pacifistas, como el Colectivo Tortuga o el propio Centre Delàs, llevan más de una década buscando en los Presupuestos Generales del Estado partidas militares camufladas, y la conclusión no puede ser más rotunda: para alcanzar e incluso superar el 2% de gastos militares bastaría con aflorar los gastos vinculados con el mantenimiento, desarrollo y expansión del ejército y la industria armamentística escondidos en decenas de Ministerios. Entre una enorme lista de gastos militares que no computan como gasto militar, destacan la factura de las misiones militares en el exterior o el I+D militar.

Para alcanzar e incluso superar el 2% de gastos militares que exige la OTAN bastaría con aflorar los gastos vinculados con el mantenimiento, desarrollo y expansión del ejército y la industria armamentística escondidos en decenas de Ministerios

Estrechamente unido al aumento del gasto militar está la venta de armas, cuyo negocio no ha dejado de crecer en los últimos años, y se ha multiplicado desde el inicio de la guerra de Ucrania. España es el séptimo exportador mundial de armamento y en 2021 vendió armas por valor de 3.300 millones de euros. Estados Unidos, líder indiscutible de una industria que mueve en todo el mundo medio billón de dólares, anunció el 15 de junio que mandaría 1.000 millones de dólares en armamento a Ucrania.

Revive la OTAN y pone a Europa al servicio de EE UU

Según el informe La OTAN, construyendo inseguridad global, publicado por el Centre Delás, el actual conflicto en Ucrania es una “guerra subrogada”, una especie de “primer round de una nueva Guerra Fría entre la OTAN y Rusia/China”. Para este instituto, la nueva OTAN es una vuelta a la primera OTAN: “La alianza retrocede y regresa a la primera casilla de su historia, lo que no deja dudas respecto a su función: la OTAN es la mejor solución a los problemas provocados por la misma OTAN”.

Y en este revival, los países europeos de la OTAN vuelven a perder autonomía frente a Washington. “La pertenencia a la OTAN implica una subordinación a los intereses y directrices de Estados Unidos. No solo en lo que respecta al ámbito de la defensa, sino también respecto a la política exterior y las relaciones con el resto de países del mundo. Es un error colosal identificar los intereses de EE UU con los de Europa”, concluye el informe.

“La pertenencia a la OTAN implica una subordinación a los intereses y directrices de Estados Unidos. No solo en lo que respecta al ámbito de la defensa, sino también respecto a la política exterior y las relaciones con el resto de países del mundo”, apunta en un informe el Centre Delàs

La actual “guerra entre Estados Unidos y Rusia en territorio ucraniano”, tal como la llama Tica Font, ha llevado a una ruptura récord de las relaciones económicas de Europa con Rusia. El hueco dejado por la progresiva desconexión de la energía rusa ha sido rellenado en gran parte por el gas natural licuado de EE UU, extraído gracias al fracking y transportado en barcos hasta Europa. Más de la mitad del gas que consumía la principal potencia europea, Alemania, venía de Rusia. Y de abrirse el gasoducto Nord Stream II, cancelado pese a estar terminado una semana antes del inicio de la guerra, la dependencia alemana de Rusia hubiera sido total. La guerra en Ucrania ha acelerado el proceso de alineamiento de los países europeos a los intereses de Washington, señala el informe.

Perpetúa el peligro de destrucción nuclear

La OTAN en Madrid se prepara para la guerra, también para la guerra nuclear. La revisión del concepto de disuasión nuclear cobrará protagonismo, especialmente tras el uso de la amenaza atómica por parte de los líderes de Rusia y EE UU en el marco de la guerra en Ucrania. Las inversiones de Rusia en nuevos modelos de misiles nucleares auguran una nueva carrera armamentística centrada en renovar las capacidades atómicas y modernizar los arsenales para que la disuasión nuclear resulte “creíble”.

En octubre de 2016, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución para lanzar un tratado de prohibición de las armas nucleares. La mayoría de los votos negativos provenían de los países de la OTAN. No fue coincidencia, la diplomacia de EE UU distribuyó una nota argumentando que un tratado de prohibición de armas nucleares iría en contra de la política básica de la OTAN sobre disuasión. “El sometimiento a las consignas de esa nota demuestra que las decisiones de los Estados miembros de la OTAN están supeditadas a los dictados de EE UU”, dice el informe del Centre Delás. También demuestra, continúan los analistas Teresa de Fortuny y Xavier Bohigas, que los gobernantes de estos países “desoyen la voluntad de sus ciudadanos”: a finales del año 2020 se realizaron encuestas en seis países europeos de la OTAN —Bélgica, Dinamarca, Islandia, Italia, Países Bajos y España— y la opinión favorable a la adhesión al tratado de prohibición de las armas nucleares superaba el 75% de la población. España todavía no ha ratificado el tratado.

Supone un paso más en la “guerra a la migración”

Otro de los elementos que estará presente en la cumbre de la OTAN es la postura de la Alianza frente al fenómeno de la migración irregular. No parece casualidad que apenas una semana antes de la cumbre, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusara a los 37 migrantes muertos en el paso de la frontera de Melilla de “ataque a la integridad territorial” de España.

No habían pasado ni unas horas de aquellas declaraciones cuando trascendió que la cumbre de la OTAN incluiría de forma expresa a Ceuta y Melilla en el capítulo 5 del Tratado, destinado a la defensa colectiva, y se incluiría el apoyo militar de los países aliados ante una “amenaza a la integridad territorial” de cualquiera de sus miembros, una fórmula que vale tanto para un salto a la valla como para un movimiento independentista.

En Madrid se hablará de “amenazas híbridas”, aquellas que no entran dentro de las definiciones tradicionales de ataque armado ni son fenómenos puramente militares. Son los ataques cibernéticos, el terrorismo, las filtraciones masivas, las fake news, las campañas de desinformación o incluso la inseguridad alimentaria. Según declaró el propio ministro de Exteriores, José Manuel Albares, España presionará en la cumbre de la OTAN para que reconozca la migración irregular como una “amenaza híbrida”, ya que “afecta a la soberanía”.

Para el Centre Delàs, esta demanda se enmarca en una deriva de militarización y securitización que “conduce a que la Alianza se prepare para abordar por la vía militar aspectos que, normalmente, han sido tratados desde una perspectiva y herramientas civiles”.

“Se están produciendo en la OTAN hacia un camino marcadamente securitario, donde las migraciones representan una amenaza en el nuevo escenario de la globalización y que, de alguna manera, la organización emplea para legitimar su existencia”

Más allá de lo que se hable en la cumbre, la OTAN lleva una década interviniendo en cuestiones migratorias. El mayor hito de esta implicación en temas fronterizos tuvo lugar en febrero de 2016 cuando a petición de Alemania, Grecia y Turquía las tropas de la Alianza intervinieron en la crisis de los refugiados. Esa operación supuso “un camino nuevo y desconocido para la Alianza”, que puede cambiar lo que se entiende como su “misión”, analizan en el informe.

Todo esto representa, señala el Centre Delás, “una muestra de los cambios que se están produciendo en la OTAN hacia un camino marcadamente securitario, donde las migraciones representan una amenaza en el nuevo escenario de la globalización y que, de alguna manera, la organización emplea para legitimar su existencia”.

Fuente
https://www.elsaltodiario.com
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